En el béisbol, hay una frase común entre los ejecutivos: “No existe tal cosa como un mal contrato de un año”. La idea detrás de esta afirmación es que, si un jugador no rinde, el impacto es limitado porque el compromiso termina al final de la temporada.
¿Firmarías a estos jugadores para tu equipo de MLB en el 2025?
Sin embargo, esto no siempre es cierto, especialmente para equipos con presupuestos ajustados o cuando se invierten recursos significativos en ese contrato.
Un contrato de un año puede ser perjudicial si el jugador no cumple con las expectativas, especialmente en equipos pequeños que necesitan maximizar cada dólar para competir por la Serie Mundial.
Aunque los contratos a largo plazo que envejecen mal son más dañinos, un acuerdo corto también puede dejar cicatrices financieras o de rendimiento.
Jack Flaherty es un ejemplo interesante. En 2024 tuvo una excelente temporada con una efectividad de 3.17 en 162 innings, pero las lesiones entre 2020 y 2023 lo limitaron a solo 299 entradas. Aunque su potencial es alto, el riesgo de lesiones persiste.
Otro caso es Luis Severino, quien revitalizó su carrera con los Mets en 2024, logrando una efectividad de 3.91 en 182 entradas.
Sin embargo, sus constantes problemas físicos entre 2019 y 2023 lo convierten en una apuesta incierta para un contrato multianual.
El legendario Max Scherzer, con tres premios Cy Young y un lugar seguro en el Salón de la Fama, es otro ejemplo.
A sus 40 años y con múltiples lesiones recientes, cualquier equipo que le ofrezca un contrato de un año enfrentará un alto nivel de incertidumbre.
De manera similar, Paul Goldschmidt, un ex MVP y siete veces All-Star, está en declive. En 2024 registró un OPS de .716, el peor de su carrera, lo que lo convierte en una opción costosa y arriesgada a pesar de su liderazgo.
Aunque los contratos de un año son menos comprometedores, no están exentos de riesgos.
Para equipos con aspiraciones serias o presupuestos limitados, cada dólar mal invertido puede tener un impacto significativo.
Si bien los contratos de un año ofrecen flexibilidad, los equipos deben evaluar cuidadosamente el historial de lesiones, la edad y la consistencia del jugador antes de firmarlos.
Porque, al final, incluso un contrato aparentemente “seguro” puede ser un error costoso.
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