Anthony Santander, un nombre que no siempre brilla en los titulares como otros astros de las Grandes Ligas, está a punto de dar un golpe histórico en el mercado.
Según reportes de prensa, el venezolano estaría cerca de firmar un contrato de cuatro temporadas con los Toronto Blue Jays por la impresionante suma de 82 millones de dólares.
Aunque para muchos aficionados casuales del béisbol su nombre pueda no ser tan resonante, los fanáticos y analistas saben que Santander es mucho más que un “desconocido”.
A sus 29 años, ha demostrado ser una pieza fundamental en los Baltimore Orioles, destacándose como un bateador de poder constante, con 28 cuadrangulares y 95 carreras impulsadas en 2023.
Su OPS de .803 en la última temporada habla de su habilidad para ser una amenaza tanto en el plato como en el jardín derecho.
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Lo curioso del caso de Santander es cómo se percibe en comparación con otros peloteros de su calibre.
No tiene el glamour mediático de un Shohei Ohtani o el estatus de súperestrella de un Juan Soto, pero los Blue Jays parecen estar dispuestos a pagar una suma que lo coloca entre los mejores remunerados de la liga.
Esto no solo valida su talento, sino que también lo convierte en un ejemplo perfecto del valor oculto que puede tener un jugador fuera de los reflectores.
Santander pasaría a ser, si el acuerdo se concreta, el “desconocido que no existe” mejor pagado en la historia del béisbol, según bromean algunos aficionados.
Pero, para Toronto, este acuerdo sería todo menos un misterio: es una apuesta clara por un jugador que promete seguir rindiendo en el nivel más alto. Y quizás, después de este contrato, su nombre deje de ser tan “desconocido”.
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