Una revelación sorpresiva sobre los lanzadores en la agencia libre

“Fui allí para firmar con los Yankees”, confesó Maddux. «Me sorprendió que no me ofrecieran un contrato. No es la universidad. No fui allí sólo para un viaje de reclutamiento…

“He escuchado fragmentos a lo largo de los años. No sé quién fue, pero [entre] los altos directivos, uno tuvo un ataque al corazón y por eso no me hicieron una oferta”.

Cuando su avión aterrizó en Chicago para una escala en su ruta de regreso a Las Vegas, localizó un teléfono para llamar a su agente, Scott Boras. Esto fue antes de los teléfonos celulares. Fue entonces cuando se enteró de que los Bravos habían hecho una oferta. Maddux había declarado su preferencia de jugar para un contendiente. Los Bravos venían de derrotas consecutivas en la Serie Mundial.

El 9 de diciembre de 1992, Maddux firmó un contrato de cinco años y US$28 millones con los Bravos, un récord para un lanzador. La firma fue parte de una temporada baja bien movida, cuando el mejor jugador de posición de la Era Moderna — Barry Bonds — y posiblemente el mejor lanzador, Maddux, cambiaron de club.

“Éste duele”, comentó el entonces gerente general de los Yankees, Gene Michael. “Nunca pensé que podría decir esto, pero es una ganga a US$28 millones. Es una ganga”.

Maddux fue quizás la mayor adición de lanzador agente libre en la historia.

El miembro del Salón de la Fama ganó tres Premios Cy Young de la Liga Nacional consecutivos para comenzar el contrato. Tuvo marca de 89-33 con efectividad de 2.13 (EFE+ de 197) durante el acuerdo, y registró cinco temporadas seguidas de al menos 7 de fWAR.

Y ese invierno también marcó uno de los mejores grupos de pitcheo en la agencia libre en la historia del béisbol. Encabezada por Maddux, la edición de 1992-93 también incluyó a Cone, Doug Drabek, Jimmy Key, John Smiley, Chris Bosio y Ron Darling.

Eran tiempos diferentes. No había redes sociales. No había teléfonos celulares. Y los lanzadores, para muchos, se sentían como inversiones menos riesgosas.

Todos los que siguen el béisbol entienden las preocupantes tasas de lesiones ligadas a los monticulares en el juego de hoy.

Debido a una variedad de factores detallados en el informe de MLB sobre las lesiones como el pitcheo de máximo esfuerzo y lanzar todo el año como amateurs, demasiados serpentineros han quedado marginados. Aunque los casos de cirugías Tommy John se han estabilizado en años recientes, permanecen elevados.

Los agentes libres se han vuelto mucho más caros desde el apogeo de Maddux, pero también han aumentado los costos.

Los clubes de MLB tampoco permiten que los lanzadores se enfrenten tres veces a una misma alineación rival en un partido tan a menudo, por lo que las cargas de trabajo se han visto reducidas.

Para muchos, el mercado de pitcheo se siente menos seguro. Ésa era mi creencia al entrar a esta temporada baja, que cuenta con un nivel superior de talento de pitcheo, pero no el mejor de todos los tiempos.

Eso es lo que los clubes generalmente sienten también.

Dijo un directivo sobre el enfoque de su club: «Simplemente no le den más de cuatro, o incluso tres años, a un lanzador».

Pero hay un problema con la suposición de que el pitcheo agente libre no es una apuesta tan buena hoy en día: Definitivamente, no es lo que está sucediendo.

Estudié todas las firmas de agentes libres que se remontan a 1991, el primer año de datos de contratos disponibles en Cot’s Baseball Contracts. Estaba interesado en cómo el rendimiento de los abridores firmados en el mercado libre han cambiado con el tiempo.

Para estudiar esta pregunta, evalué cada grupo de firmas de temporadas bajas desde 1991. Si un lanzador firmó un contrato de cinco años durante el invierno del 2018-19, es parte del grupo del 2018. Luego consideré la producción de fWAR de cada grupo, entradas y dólares ganados. (Para el estudio, consideré las porciones garantizadas de los contratos).

Lo que encontré podría sorprenderte. Me sorprendió a mí.

Es cierto que los lanzadores abridores agentes libres fueron generalmente más efectivos en términos de WAR en la década de los 1990.

Los grupos de agentes libres de 1993 (117.85 fWAR, 23 contratos) — la de Maddux — y de 1996 (123.49 fWAR, 24 contratos) son las mejores dos en términos de fWAR acumulado que se estudiaron, y también fueron los mejores dos en WAR producido por lanzador.

El grupo de 1996 incluyó temporadas élite de Cone, Kevin Brown, Andy Benes, Al Leiter y Chuck Finley.

Aquellas firmas contaron con estrellas, pero los lanzadores abridores tiraban más entradas en ese entonces y las medidas como el fWAR son acumulativas.

Aun así, algunos grupos recientes se están defendiendo bien.

Dos de los mejores cinco retornos de WAR de un grupo de agentes libres han ocurrido dentro de los últimos cinco años (2022: 104.47 fWAR; y 2023: 97.76 fWAR), y no todos esos contratos se han completado.

En la del 2022, 10 lanzadores únicos produjeron al menos una temporada de 3.0 de fWAR, superados sólo por el impresionante grupo de 1996.

Los 10 monticulares que cumplieron con el umbral del 2022: Alex Cobb, Tyler Anderson, Kevin Gausman, Clayton Kershaw, Corey Kluber, el venezolano Martín Pérez, Carlos Rodón, el venezolano Eduardo Rodríguez, Max Scherzer y Justin Verlander.

Los grupos de pitcheo de agentes libres son desiguales año tras año, pero la producción no se ha caído de un precipicio.

Y si ajustamos por entradas lanzadas, si aislamos la calidad del rendimiento por episodio, cada uno de los últimos ocho grupos de la agencia libre promedia al menos 2.0 de fWAR por cada 180 entradas entre los lanzadores abridores firmados.

Nunca ha habido una racha así desde al menos 1991.

Significa que la habilidad relativa de los abridores agentes libres sigue siendo tan fuerte como siempre.

Si bien hay riesgo en el mercado de pitcheo, también hay una gran recompensa.

Para subrayar lo importante que puede ser la ayuda de pitcheo externo, no tenemos que mirar muy lejos en el pasado.

Los campeones de la Liga Americana, los Azulejos, disfrutaron de tres campañas separadas de 3.0 o más de fWAR de Gausman (parte del grupo del 2022), y 733.2 innings totales de él en las últimas cuatro campañas. Ganó el Juego 7 de la SCLA del 2025 en relevo. Chris Bassitt ha sido un caballo de batalla confiable también. Max Scherzer lanzó 14.1 tramos este octubre. Todos los que siguen las Grandes Ligas son muy conscientes de lo importantes que fueron las adiciones externas para la rotación de los campeones de la Serie Mundial, los Dodgers.

Miren alrededor de las rotaciones de la mayoría de los grandes equipos — como los Bravos de la década de los90 — y típicamente hay brazos élite encabezándolos.

El lanzador abridor sigue siendo el jugador más importante en el juego — especialmente en la postemporada, cuando una mayor parte de las entradas son absorbidas por los mejores brazos.

Ahora, lo que es indudablemente cierto es que hay un mayor riesgo para un club desde un punto de vista económico.

El lanzador abridor promedio de MLB en el mercado libre del año pasado ganó US$18 millones por temporada en invierno pasado, en comparación con US$8 millones en el 2012, lo que marcó un aumento del 125%. En el Acuerdo Colectivo del 2012, se introdujo la oferta calificada junto con penalizaciones de impuestos de lujo más estrictas.

Los equipos han respondido quitando el riesgo en términos de favorecer acuerdos a corto plazo.

Los pactos de un año para los lanzadores abridores están generalmente en aumento:

• Porcentaje de contratos de un año en la década de los 1990: 46.4%
• Porcentaje de contratos de un año en la década de los 2000: 57.4%
• Porcentaje de contratos de un año en la década de los 2010: 63.8%
• Porcentaje de contratos de un año en la década de los 2020: 61.5%

Los acuerdos de tres años o más están en declive general, aunque hay un resurgimiento reciente:

• Porcentaje de contratos de tres años o más en la década de 1990: 32.8%
• Porcentaje de contratos de tres años o más en la década del 2000: 19.6%
• Porcentaje de contratos de tres años o más en la década del 2010: 16.6%
• Porcentaje de contratos de tres años o más en la década del 2020: 21.3%

Un funcionario de un club dijo lo siguiente: «Muchos equipos — comprensiblemente — están preocupados por ir demasiado largo en los acuerdos de pitcheo de agentes libres».

Lo interesante es que los pactos a más largo plazo son más productivos por campaña.

Hay que tomar en cuenta que los contratos de un año promedian 1.52 de fWAR (328 acuerdos desde 1991), lo que está por detrás de los contratos de tres años con 1.56 de fWAR (104), pactos de cuatro años con 1.71 de fWAR (53 contratos), de cinco años con 1.92 de fWAR (25 contratos) y de seis años con 2.6 de fWAR (pequeña muestra de ocho contratos). Esa tendencia general se mantiene.

Esto tiene sentido, ya que las estrellas, talentos atípicos, son mejores apuestas para recibir ofertas de contratos a largo plazo y presumiblemente más propensos a mantener un rendimiento de élite y desafiar las curvas de envejecimiento.

Y para ganar en octubre, los equipos generalmente necesitan estrellas.

Si bien firmar un brazo estelar en la agencia libre conlleva riesgos, tomar tal oportunidad puede ir acompañado de una gran recompensa. Desde Maddux hasta Yoshinobu Yamamoto, los lanzadores estelares en la agencia libre continúan alterando franquicias como pocas otras inversiones pueden hacerlo.